La paz y la dicha de dios te pertenecen. Hoy las aceptaremos sabiendo que son nuestras. Y trataremos de entender que estos regalos se multiplican a medida que los recibimos. No son como los regalos que el mundo dá, en los que el que hace el regalo pierde al darlo, y el que lo recibe se enriquece a costa de la pérdida del que se lo dió.
Ahora estás listo para aceptar el regalo de paz y de dicha que Dios te ha dado. Ahora estás listo para experimentar la dicha y la paz que te has negado a tí mismo. Ahora puedes decir: "Mías son las paz y la dicha de Dios", pues has dado lo que quieres recibir.
Un Curso de Milagros - Lección 105