Que venga a mí ahora una nueva percepción. Padre, hay una visión que ve todas las cosas sin mancha alguna de pecado, lo cual indica que el miedo ha desaparecido y que en su lugar se ha invitado al amor. Y éste vendrá dondequiera que se le invite. Esta visión es Tu regalo. Los ojos de Cristo contemplan un mundo perdonado. |