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Para todos los estudiantes de Un Curso de Milagros en todo el mundo

El propósito del libro de ejercicios es entrenar tu mente de forma sistemática hacia una percepción diferente de todos y de todo en el mundo. La naturaleza intrínseca de la percepción verdadera es la de no tener límites. Es lo opuesto a la manera como tú ves ahora. Y ahora, por fin, esto está ocurriendo.

Tanto estudiantes como maestros de Un Curso de Milagros están experimentando los síntomas de transformación que el curso promete según el Gran Despertar se manifiesta al deshacerse tu mente perceptual. De hecho, es poco probable que tu aplicación diaria de las lecciones no haya conllevado “episodios de luz”. Mantente alerta a experimentar una dicha indescriptible, y un sinnúmero de formas de fenómenos físicos y mentales. Una intensidad apasionada de despertar la cual a menudo es confundida con erotismo, malestares físicos… aún más, como una abducción alienígena, experiencias cercanas a la muerte o sueños lúcidos. La transformación física es tu resurrección y la milagrosa sanación de tu asociación mente/cuerpo/mundo.

Recuerda, tú has fabricado el mundo que ves, y esto incluye el cuerpo que pareces habitar.

Éste es sumamente difícil de iluminar ya que el cuerpo literalmente es la imagen de una forma de pensamiento densa con la que te cubres en la imaginación, una alucinación holográfica que cubre la verdad, la cual se origina en tu mente. De manera razonable, el cambio en tu manera de pensar tiene que incluir cambios en tu asociación corporal debido a la creencia que tienes de ser un cuerpo.

La introducción del libro de ejercicios indica que el no creer, aceptar o darle la bienvenida a las ideas expuestas en las lecciones, no tiene efecto alguno ni disminuye su eficacia. De manera que al aplicar las lecciones lo que realmente haces es pedir que el milagro ocurra. Tu cuerpo está incluido en tu percepción distorsionada como una cubierta densa que cubre los impulsos milagrosos. Y, como los milagros son pensamientos que reorganizan la percepción, vas a experimentar impulsos milagrosos que al principio interpretarás como de naturaleza física por conllevar una forma de energía que induce a la acción. Quizá no siempre te sientas particularmente cómodo con estos ya que su aparición no está bajo tu dirección.

La percepción distorsionada que tienes como una identidad que vive y va muriendo en un cuerpo está por un momento basada en tus memorias del pasado y es posible que asocies tus cambios físicos y mentales con esas antiguas ideas.

Es posible que las interpretes como de naturaleza sexual, de dolor, de psicosis o que te atemoricen. Recuerda aplicar las lecciones que estás aprendiendo- no sabes el propósito de nada- quieres ver todo de manera diferente – ¡no hay nada que temer! También recuerda que te has ubicado bajo el principio de expiación en la que tu percepción sana según aprendes a liberar la luz interna ante la confusión de tu mundo imaginario de miedo y separación. Siempre intentaste defenderte de la luz por la necesidad de proteger el cuerpo. El cuerpo es completamente neutral y va experimentando el cambio que ocurre en tu mente, cambio que no se encuentra bajo tu control. ¡No tienes que hacer nada!

El milagro colapsa el tiempo, y como tu cuerpo es una de tus oportunas manifestaciones, ¡es posible que sientas tu cuerpo mismo colapsando!

El milagro, el cual interviene en tus imágenes de mente y cuerpo, actúa como un catalizador para reorganizarlas. Les ofrece reasociaciones cuánticas en tu mente y tu sistema nervioso, el sistema glandular, tu cerebro. Tu cráneo cambia de forma literalmente. Tus células mismas aprenden a comunicarse al unísono; tus imágenes de mente/cuerpo están de hecho renaciendo a una asociación armoniosa de energía de luz más radiante. Es importante que entiendas que esto es un evento que ocurre de manera natural, y que es sencillamente una señal muy positiva de estar despertando de tu sueño de separación.

Una parte del proceso de transformación es la purificación, tal como se menciona en el principio séptimo de los Milagros, el cual literalmente es el perdonar o deshacerse de todos los ídolos que has establecido para justificar tu propia identidad (relaciones especiales, dinero, poder, atracción a la muerte, enfermedad, dolor, creencias que tienes acerca de tu cuerpo y de tu mundo). Naturalmente, la purificación de tu mente incluye la purificación de tu cuerpo y las ideas que has acumulado, los resentimientos, las experiencias del pasado, todo aquello que forma parte de tu memoria celular.

Tu disposición permite que tu mente perceptual reciba el milagro,
el cual aviva la chispa de la conciencia del Amor, la Luz y la Fortaleza de Dios
que refulge en la luz y llena tanto tu mente como tu estructura celular.

De manera natural, sientes a Dios cuando le permites a Él morar en ti y permites que su gentil luz brille tal como el rayo de sol mañanero eclipsa la obscuridad de la noche. Él literalmente elimina tus capas de miedo, tus memorias de aislamiento, enfermedad, dolor y muerte. ¡Empiezas a recordar tu propia herencia!

Es muy posible que notes que la práctica de las lecciones del libro de ejercicios adquieren intensidad según vas soltando aquello a lo que te aferras del mundo que inventaste.

Es común sentir momentos de total confusión, ansiedad, frustración o miedo intenso conjuntamente con los cambios en tu cuerpo. El Manual de los Maestros presta atención a este asunto, por supuesto. Es extremadamente desorientador el tener de manera inesperada la experiencia de un instante santo, la luz, y la revelación de la verdadera naturaleza como pensamiento abstracto de Dios extendiéndose eternamente. Y quizá tiendas a retraerte por un momento para agarrarte de nuevo a los bancos de memoria que te resultan familiares que has utilizado para establecer una identidad en limitación. Mas, cuando ya has tenido la experiencia de la revelación y la luz milagrosa del cielo resplandeciendo en ti, tanto el final como los medios están asegurados.

Casi de inmediato empezarás a sentir el dolor de tu angustia, el dolor de tu condición humana.

Recuerda que simplemente no estás acostumbrado a vivir y a amar dentro de la luz de Dios. Tan solo por un momento, perdiste la comunicación. Caíste en una grieta y has estado viviendo la insensata asociación de las memorias acumuladas, olvidando momentáneamente la dichosa libertad de tu estado natural. Y ahora, según despiertas de tu pesadilla de enfermedad, dolor y muerte, el hacer una comparación de tu viejo mundo sin significado y la increíble libertad y dicha que te provee el mundo real te resulta inicialmente abrumador.

Literalmente, en términos energéticos,
te has metido en una minúscula burbuja de separación.

En la condición humana como “ego”, utilizas todo el poder de Dios para sostenerte conduciéndote tanto a ti como a tu mundo imaginado a la tensión creada por estar aferrado a tu configuración mente/cuerpo. Según empiezas a reconocer tu responsabilidad por tu mundo y tu modalidad de dolor, resentimiento y ataque / defensa, según caes en cuenta de la futilidad de tu fugaz existencia basada en imágenes del pasado que ya se han ido, y según reconoces la existencia de otro mundo, te abres dichosamente al milagro. Como no tienes que hacer nada para desenmarañar lo que eres, empiezas a experimentar cada vez con mayor frecuencia momentos santos en los que te sientes ilimitado. En los que sientes una conciencia emocionante y nueva del cuerpo en su totalidad. En la que te sientes relajado y elevado según te descubres a ti mismo entrando en la luz. Es posible que al principio se sientas incómodo o aún culpable por tal libertad, y que te fuerces a regresar al falso aislamiento por medio de la resistencia. Pero aun así, te irás sintiendo cada vez más maravillado y dichoso según te permites ser llevado a tu estado verdadero. Tu mente y tu cuerpo se están transfigurando hacia un momento que se encuentra entre el tiempo y la eternidad.

Estás aprendiendo a poner tu fe en un nuevo tipo de experiencia
de ti que es gentil y que no tiene nada que ver con el cuerpo
o con el mundo de imágenes en el que pensabas que vivías.

Tanto tu mente como tu cuerpo están literalmente llegando a ser libres. El milagro de ser el amor ilimitado, extendiendo los grandes rayos eternamente, está ocurriendo todo el tiempo y tú vas a liberarte cada vez mas según aprendes a perdonarte tanto a ti mismo como a tu aparente mundo externo, y simplemente dejas ir tu mente conceptual.

... el milagro conlleva un repentino cambio de percepción del nivel horizontal al vertical
… y en esto radica el cambio de tu conciencia hacia la percepción verdadera.

Cambias de una perspectiva que proyectaba todo hacia afuera hacia una en la que te enfocas hacia adentro y miras a lo alto hacia tu Fuente. Literalmente tienes la experiencia de ser una “mente radiante” y reconoces tu Ser como la luz del mundo.

Cada momento es un regreso a la santidad de los sensacionales
y radiantes grandes rayos emanando de tu mente,
extendiendo poder de sanación desde tu cuerpo santificado.

Completamente integrado y viviendo bajo Su tutela y dirección, de manera natural incluyes todo tu mundo en el Maestro de Dios que has llegado a ser por medio de Un Curso de Milagros. Tu configuración mente/cuerpo ha llegado a ser un vehículo perfecto de comunicación en una relación santa con el mundo por medio de tu perdón, la extensión de luz de sanación y el Amor de Dios.

Ahora le das la bienvenida a tu resurrección desde la tumba
de tu transitoria condición humana…

…Ya te encuentras fuera del pantano de tu asociación de memorias egoícas, caóticas y de aislamiento. Recuerda que los ángeles de Dios revolotean a todo tu alrededor y que gozas de la compañía de compañeros poderosos durante estos momentos finales.

De manera que el aprendizaje casi ha llegado a su final. Por un momento colaboro con Él para estar al servicio de Su propósito. Luego suelto mi identidad y reconozco que Cristo es mi propio Ser.

Finalmente estás asumiendo tu lugar como Salvador del mundo.

El eco de la melodía de la salvación se escuchará a través del mundo con cada elección que tomamos. Porque ahora estamos unidos en un solo propósito, y estamos cerca del final del infierno. Tu voluntad se lleva a cabo completa y perfectamente, toda la creación te reconoce y te conoce como la única fuente existente. Tal como tú, la clara Luz brilla desde todo lo que vive y se mueve en Ti. Porque hemos llegado al lugar en el que todos somos uno, hemos llegado a nuestro hogar, en el que Tú has querido que estemos.

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